El fantasma, trama en la que se enredan el amor y el cuerpo.
García Marquez, en su biografía Vivir para Contarla habla de sus pesadillas. Sabemos que los escritores tienen la facultad de dejar volar en voz alta su inconsciente, un don que entregan. Apropiarnos de esa entrega, nos puede permitir entender algo del tema que intentamos abordar, el fantasma, que como bien lo enseña el psicoanálisis, por supuesto se manifiesta en el sueño. Ël dice:

De otro lado, ya no un escritor sino un psicoanalista, Juan David Nasio, en su texto Los Ojos de Laura, narra lo siguiente:
Pongo fin a la sesión, acompaño a la paciente hasta la puerta y la cito para el día siguiente. Minutos después dejaba el consultorio con la intención de buscar mi correspondencia cuando me sorprendió encontrarla bañada en lágrimas en el pasillo, esperando el ascensor. Nada en la sesión había hecho presagiar ese desenlace. Cruzamos una mirada furtiva y viéndola llorar, por pudor contengo mi gesto de partir, giro y vuelvo sobre mis pasos. Exactamente en ese momento se me impone una viva impresión, sonorizada así:”No he visto a alguien llorando, he visto unos ojos llorando” y me oigo repetir una vez más: “he visto unos ojos llorando”.

También como apoyo al encuentro de un tema que tiene toda la dificultad para teorizarlo, acudimos a otro escritor, en este caso uno que estuvo en contacto con el psicoanálisis, Pierre Rey, quien en su libro Una Temporada con Lacan, narra el caso de una paciente que fue recibida por un analista a quien él conocía. Madame B. camarera de un bar, casi analfabeta, la despedían de su trabajo por desmayarse sin razón. Los médicos siempre le decían: no tiene usted nada. Termina en la consulta del Gordo, quien le narra el caso a Rey. Un día lleva un sueño del cual se desprende un relato:

Hasta ahora varios casos, ¿qué tienen que ver con el fantasma? Hemos nombrado la mirada y las heces, la angustia, lo siniestro, el dolor y el llanto. También el vértigo, la caída y algunos fonemas, pero no el sujeto. Para nombrarlo recurrimos a las palabras de Miguel Hernández en este corto poema: Si me matan, bueno/ si vivo mejor/ ante la vida sereno/ y ante la muerte mayor/ Si me matan, bueno/ si vivo mejor.
Lo nombramos porque tiene todo que ver con el sujeto, el sujeto de la vida y de la muerte, de la palabra, el sujeto de la castración.
Hasta aquí los esbozos de una primera clase para dejarla que transcurra…
Hasta aquí los esbozos de una primera clase para dejarla que transcurra…
Clase del martes 2 de marzo de 2010
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