lunes, 29 de marzo de 2010

Seminario. Cuarta clase


Lo Real, lo simbólico, lo imaginario, nudo en el que se enredó Lacan al final de su vida. Y es que nos fácil poner en palabras y más aún en imagen, aquello del goce. El objeto “a” y lo que representa. Todo un salto del pensamiento en la cultura para pasar de “la lucha a muerte  por puro prestigio” de Hegel, una lucha de conciencia a conciencia, al paso que con Freud, da un giro radical.

Si un sujeto es lo que representa un significante para otro significante, un acto es introducir una relación entre significantes, es por lo que el “Fort- da”, es siempre traído a colación. Allí donde el significante aparece en ese vacío que angustia al nieto que sirve de ejemplo. Un  significante que aparece también en el vacío, un “fort-da” en esa forma en que Lacan busca  simbolizar el goce imposible de nombrar, articulándolo a una letra que lo signifique para así avanzar.

Si lo imposible es lo real excluido de toda significación y lo posible exige siempre una primera significación, ¿podríamos pensar que al nombrar el “Ford-da”, o el objeto “a”, eso imposible empieza a dejarse nombrar? ¿Es también lo que nos puede explicar que, en el ejemplo de la clase anterior, eso imposible a ser nombrado, eso en relación a lo real que se escondía detrás de los ojos de un cuadro, al poder empezar a ser nombrado, esa imagen empiece a hablar?

Lo real excluido de toda significación, es lo que en esos ojos de Laura lloraba, y lloraba fuera de ella, de Laura y de la significación. Y, fuera de significación también ese goce inconmensurable que trata Lacan de nombrar para hacerlo entrar, no ya en lo particular, sino en la teoría.

Y hay muchas formas de las que parte para introducir el término, una de tantas es, como dice, complicar más a Hegel. Y, ¿no es acaso como en la vida el pensar del hombre se mueve y por lo cual lo nombrado, en este caso lo dicho por  Hegel como "la lucha a muerte por puro prestigio", son interpretaciones y posiciones? Para nuestro caso, el analista también, navegando en la lucha de puro prestigio, donde el analizante debía identificarse al prestigio, (léase yo) del primero?

En esa relación entre significantes de ese acto que logra Hegel para nombrar algo que hasta el momento no lo había sido, requerirá otro, un paso que inicia Freud y que en Lacan va más allá evidenciando que la agresividad presente en esa lucha a muerte es un señuelo, porque no es la muerte lo que allí se juega, sino su salvación en la repartición del goce.

Y para acercarse a la lógica del fantasma, escogerá un trabajo de Bergler, discípulo de Freud. Este autor en un primer punto habla de la creación de un deseo masoquista, el de ser rechazado por la madre, y de ahí en más por sus sucedáneos. En el segundo, el sujeto no sería consciente de ese deseo, ni de que él es el autor, solamente ve que tiene razón al defenderse y están justificadas la indignación y la seudo-agresividad frente a estos rechazos. El tercero, es apiadarse de sí mismo en razón de tal injusticia, para gozar de un placer masoquista.

Un placer masoquista, así llamado, en el que Bergler patinará en un sentimiento de exasperación ante los que llama “coleccionistas de injusticias”.  Una teorización en la que el discípulo no alcanza a dar cuenta del origen de lo que allí se juega, sin esa posibilidad de ese más allá que Lacan trata de abordar, para entender un goce que desborda al sujeto en una palabra de contrato en el Otro.

En algún otro lugar del seminario La lógica del Fantasma, Lacan nos dará un ejemplo de fantasma, el de ser un perro echado debajo de una mesa, y no es risible, tampoco debe ser exasperante, es sólo la mostración de unos significantes, de lo imaginario y lo real de un goce que entrampan la vida del que en esa posición se encuentra, pero que si va más allá de la imposibilidad, como los ojos del cuadro de Laura, no ladrará, empezará a tener palabra.

miércoles, 24 de marzo de 2010

Retazos freudianos

Ante el Moisés de Miguel Angel:

"Cuantas veces he subido a la empinada escalinata que conduce desde el feísimo Corso Cavour a la plaza solitaria, en la que se alza la abandonada iglesia, he intentado siempre sostener la mirada colérica del héroe bíblico, y en alguna ocasión me he deslizado temeroso fuera de la penumbra del interior, como si yo mismo perteneciera a aquellos a quienes fulminan sus ojos, aquella chusma incapaz de mantenerse fiel a convicción ninguna, que no quería esperar ni confiar y se regocijaba ruidosamente al obtener de nuevo la ilusión del ídolo.

En El porvenir de una ilusión:

La conciencia de que sólo habremos de contar con nuestras propias fuerzas, nos enseña, por lo menos, a emplearlas con acierto.

Retazos lacanianos


Teoría en poesía
Pero qué océano de goce femenino no ha sido necesario para que el navío de Edipo flote sin hundirse, hasta que la peste muestra en fin de qué estaba hecho el mar de su felicidad. Júzguenlo por lo que ha sido necesario que despliegue Yocasta como potencia de disimulación. Y en Sófocles, esa huída de todos los recuerdos que se imaginariza en la huída del servidor testigo del crimen, ¿no está hecha para evocar algo? No obstante Yocasta termina sin duda por exclamar: “Infortunado tú que jamás podrás conocer quién eres”. Yocasta lo sabe. Pero, ¿quién es Yocasta? ¿Por qué no el embuste encarnado en lo que concierne al acto sexual, lugar al que no se accede más que por haber apartado la verdad del goce? En ese campo “x” entre el pequeño “a” y el lugar del Otro, la verdad no puede hacerse escuchar.
Del seminario La lógica del fantasma. Publicado en Lettres.
Comentario. Una poesía que nos hace preguntarnos por el Lacan traducido, pues en esta su palabra navega poética, en otras traducciones del mismo párrafo, pareciera que hablara otro. Para notar diferencias, (no sin poesía) ver traducción de Pio Eduardo Sanmiguel y otros en: http://perso.gratisweb.com/seminario_14/. Clase 18 del 26 de abril de 1967

martes, 23 de marzo de 2010

El diván virtual



¿Cómo puede identificar una persona que está en el momento adecuado para visitar a un psicoanalista?

Generalmente cuando uno no sabe qué hacer con uno mismo, cuando se encuentra perdido, cuando le surgen preguntas que no sabe cómo responderse. Y, especialmente y sobre todo, cuando está sufriendo porque su vida no anda, o anda al revés.

Mucha gente dice que no va a consulta porque no está loco, pero lo que no saben es que es poco probable que el loco vaya, y cuando lo hace es porque es llevado, precisamente porque no sabe que está loco. O sea que hacer un pedido de esta índole indica cordura. Y la indica, en la medida en que entiende que algo le está pasando y lo quiere resolver, cosa que al loco es menos probable que se le ocurra.

Consultar por lo que a uno le pasa, es también una prueba de valentía para enfrentarse con la angustia, encarar las vacilaciones y las culpas, someter la propia vida al escrutinio de uno mismo para perder los miedos. Y este coraje aparece porque el dolor y la insistencia de los fracasos agobian. Es que la vida siempre nos está enfrentando a retos, desde niños en el jardín infantil, luego en el colegio, más tarde en la universidad y en la vida adulta. La vida siempre exige, desde la salida del vientre y en ocasiones, somos inferiores a esas exigencias, limitados por la inseguridad, por el temor a perder, por el miedo al fracaso, también por el temor al éxito. En ocasiones por fobias, depresión o manías.

Lo que es peor es que a veces no sabemos que sufrimos de estos síntomas, sólo lo vemos como jugarretas del destino, como incomprensión del otro, como un aburrimiento constante, o como una simple incapacidad para dormir o un exceso de querer dormir. También, y en las mujeres es muy frecuente, una insistencia en el fracaso en la vida amorosa, que se tapa con la tan consabida frase: “todos los hombres son iguales”, y es porque no se han preguntado iguales a quién. En los hombres se repite una dificultad con las figuras de autoridad que les atraviesa su vida laboral, impidiéndoles logros y satisfacciones.

Son muchos los motivos que nos pueden llevar a consultar, pero en la base siempre estará ese dolor por la existencia, porque el ser humano es aquel que sabe que existe y sabiéndolo, se mira a sí mismo como si fuera otro, para acallarse, vanagloriarse, insultarse, culparse. Habla consigo mismo, y no es que esté loco, es que es humano. Y es ese hablar lo que va a llevar a la consulta, eso que se dice pero que no sabe, para que sabiéndolo pueda conocer un poco más al  que habita dentro de él mismo y poder aliviarse.

Esa consulta será una invitación a una aventura donde él será el protagonista, y no como el héroe que realiza hazañas irrisorias en una situación de extravío, sino como el mortal que es, con sus equivocaciones y sus logros, pero sin tantas limitaciones.

La frase subrayada es de Jacques Lacan en Función y Campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis y en  La carta robada.

Publicado en El Heraldo, periódico de Barranquilla, Colombia, el sábado 20 de 2010 en la serie El diván virtual

domingo, 21 de marzo de 2010

Seminario. Tercera Clase


Dicen que Pitágoras dijo, y ya sabemos que nos movemos en el decir, que los astros en su movimiento perfecto creaban el sonido más bello que se podía escuchar, pero por estar siempre ahí, no lo podíamos reconocer. Este supuesto dicho, nos permite entender también el goce, y no precisamente por su belleza, sino porque siempre ha estado ahí. Y es así porque es constitutivo. El a, objeto caído de la inscripción significante que encarna un goce, objeto perdido de la relación alienante, que se porta, desconociéndolo.

En  Los ojos de Laura, texto de Juan David Nasio, que ya habíamos nombrado, encontramos un ejemplo de la clínica que nos permite abordar algo de lo que se trata. Al inicio del relato él cuenta lo que llama impresión sonorizada, que “ha visto unos ojos llorando”. Y aclara, no he visto a alguien llorando he visto unos ojos llorando, además del impacto del encuentro con lo visto. Más adelante en el transcurso de las sesiones, él sabrá y nosotros también al leerlo, que la mujer de los ojos trae a colación otros, especialmente unos de un niño pintado sobre una tela que sostiene una paloma, “un niño triste con grandes ojos tristes”. También aparece la hermana que se había suicidado y recuerda que el cuadro adornaba la cabecera de su cama. Otro personaje subyace en la historia, una niña muerta, la hija de la niñera española, que había fallecido en un accidente poco antes de que su madre ingresara a la familia.

Una historia de duelos, de pérdidas y de miedos infantiles que se conjugan en las palabras de la nana, quien la amenazaba haciéndola rivalizar con el cuadro, pues si no se portaba bien, él tomaría su lugar. Un lugar que en sus palabras, ella creía que ocupaba como reemplazo de la hijita muerta, pues era ahora su preferida, además, considerando que el cuadro también le representaba a esa madre, la hija perdida. Un relato que dejará ver que no sólo era esa representación, también y especialmente ocupaba el lugar de ser los ojos de su hermana. Un nudo de palabras, muertes, afectos perdidos y angustia.

Y una mirada. En el niño del cuadro y sus ojos siempre tristes, en las palabras de la niñera, en el suicidio de su hermana,  mirada de Laura a esos sucesos aciagos, mirada inconsciente que en el momento de la transferencia y sus silencios aparece, un lugar vació donde lo pulsional y el deseo evidencian su mudez. Una mirada de la que el analista en un momento imprevisto atisba a través de unos ojos que lloran, pero que al llorar parecen ajenos a aquel que los porta, los ojos del Otro, un fuera de cuerpo que evidencia lo que el mismo sujeto no puede ver.

Momento de ver llama Lacan al instante en que algo de lo real aparece, en este caso revelado, no sólo en los ojos llorando que vio el analista, sino especialmente en un silencio que precede a la sorpresa de Laura al reconocer, que ese cuadro siempre estuvo sobre la cama de su hermana, sorpresa de algo ya sabido que la llevará a comprender y a concluir. 

Y algo mudo que cae al sonorizar lo que hasta ahora no había tenido palabras, es cuando ya Laura puede preguntar a su madre sin recriminaciones, dónde está ese cuadro, acaso poco apropiado. Su respuesta confirma, no la música de los astros de Pitágoras, pero sí de lo que trata el goce: “!Pero si sigue estando en uno de los cuartos! Es gracioso, ese niño de la paloma las ha seguido toda la vida”.

Un cuadro sin culpa, es sólo un cuadro, pero también una imagen que está en el nudo de significantes, una entramada de lo simbólico, lo imaginario y lo real. Lo real de la muerte, trazo encarnado en una mirada, sin saberlo.

jueves, 18 de marzo de 2010

Invitación


DEPARTAMENTO DE HUMANIDADES Y FILOSOFÍA
BIBLIOTECA KARL C. PARRISH
UNIVERSIDAD DEL NORTE
  
 DEBATES CONTEMPORÁNEOS: “ACTUALIDAD DEL INCONSCIENTE FREUDIANO”.

Abril 16 de 2010
Salón 13G2
Entrada libre

PROGRAMA
Mañana
8:30 a.m. Apertura
8:40 a.m.  “El inconsciente revisitado”. Carmen Elisa Escobar María
9:20 a.m.  “Los orígenes del inconsciente”. Karina García          

10:00 a.m. Receso

10:20 a.m.  “Inconsciente, escritura y crítica literaria”. Alfonso Rodríguez 
11:00 a.m.  “Lo inconsciente, un imposible de descifrar, 
                    también de conceptualizar”.  Isabel Prado Misas          
Tarde
2:40 p.m.    “Evolución e inconsciente”. José Joaquín Andrade   
3:20 p.m.    “Neurociencia e inconsciente, ¿una conexión posible?”. Luis Felipe Zapata     

4:00 pm. Receso

4:20 p.m.   “Psicoanálisis y educación” Rubén Darío Maldonado  
5:00 p.m.   “Síntoma y discurso. Las enseñanzas de La moral sexual cultural 
                    y la nerviosidad moderna. Sylvia de Castro Korgi 

sábado, 13 de marzo de 2010

El diván virtual



¿Por qué el hombre finalmente cae en el matrimonio en contra de su instinto? 

Primero habría que dudar si es contra su instinto, el hombre es un ser gregario, por constitución no está hecho para vivir solo, recordemos que cuando nace, le es totalmente necesario alguien que lo reciba, lo cuide y lo quiera, sin esto moriría. Lo anterior indica que la relación con el otro es una dependencia de vida. Entonces, la búsqueda de una pareja no es algo que le sea ajeno, al contrario, y eso ya lo decían los antiguos filósofos, en la figura de la búsqueda de esa mitad que le falta. Un complemento para que lo mire, lo acompañe, lo ayude, le preste su cuerpo para gozar con él, en fin, que le haga la vida más grata.

En este sentido se puede pensar el matrimonio como una forma que se inventó en la cultura para legalizar una unión que, por necesidad primordial, está dada. Podríamos decir entonces que el problema no es el matrimonio, sino que esos dos que se juntan pensando que van a ser felices, en el camino se encuentran con que ya no lo son tanto. Y generalmente obedece a que tienen expectativas tan altas que aquello que se les presenta y que además, han escogido, se les antoja insuficiente. Parece ser que se confunde el amor con la obediencia y nos creemos el cuento de la otra mitad que, como tal, deberá moverse a donde uno se mueve, deberá pensar como uno piensa, deberá ser lo que uno cree que es. Una ilusión que se rompe al pasar el idilio, donde de alguna forma, en un primer tiempo de engaño se alcanza a sostener. Es tal vez lo que mucha gente añora de los primeros tiempos del amor, ese lapso de artificio que es precisamente el que hay que atravesar y donde realmente se encontrarán, si es que hay algo allí que encontrar.

Y es que el ser humano es tan complejo, que aquello que más desea es a veces lo que le es más esquivo, y lo que más desea es “su alma gemela”, ilusión vana, ingenuidad a veces perenne para algunos, que no tendrá mucho que ver con la edad, sino con las fantasías en las que se ha construido. La ilusión de la felicidad completa y la culpa asignada al otro, por no llenar las expectativas que en su imaginación construyó.

Es tal vez por lo que se le asignó al amor la representación en ese diosecillo travieso y ciego que, al lanzar sus flechas, condena a los elegidos a un encuentro donde ninguno de los dos sabe cómo salir airoso. Y es que no es fácil, si a veces vivir con uno mismo no es sencillo, menos será vivir con otro, hay mucho que ceder, hay en lo que no hay que ceder, hay que saber dar y hay que saber recibir. Y luego, en medio de esa ignorancia aparecen los hijos, lo que nos tienta a creer que Eros está más al servicio del mantenimiento de la especie, porque muchos son producto de esa ceguera momentánea.

La vida no es fácil, el amor tampoco, tal vez los que tienen esto más claro podrán construir un matrimonio más grato, una relación más allá de los caprichos, de las demandas mezquinas, de las posesiones absolutas, porque lo mejor que le puede ocurrir a cualquiera es tener la suerte, porque además lo es, de encontrar esa mitad, pero sin creérselo del todo, cosa que a nosotros los humanos, nos resulta bastante difícil.

Publicado el 13 de marzo de 2010 en El Heraldo, periódico de Barranquilla, Colombia, en la serie El diván virtual.

viernes, 12 de marzo de 2010


Lecturas interesantes

En el número de diciembre del 2009 de Imago Agenda, hay unos unos artículos sobre un tema que, para aquellos que nos gustan las anécdotas de una época, y su protagonista en el psicoanálisis, pueden resultar interesantes. Bajo el título Testimonios Clínicos de Jacques Lacan, se encuentran algunos artículos, de los que son apartes los siguientes párrafos: 
La práctica de Lacan. Charles Melman. Creo que estas jornadas nos dan la oportunidad de comprender por fin quién era Lacan.{…]Era el provocador que permitía a cada uno desplegar su propia tontería, y medirla. El efecto podía ser, desde luego, amor, porque nos reconocía verdaderamente en la intimidad de nuestro ser, u odio, puesto que no es algo ni muy agradable ni muy atractivo. Ejemplo: ¿todos creen ser pequeños edipos valientes y dispuestos a cualquier extremo? Pues bien, uno descubre, gracias a este provocador, que lo que le pedimos a papá es que nos quiera, que seamos su preferido. Para eso uno está dispuesto a todo, ¡incluso a feminizarse! ¿Ustedes creen que quieren ser libres? Les será demostrado que en realidad, lo que buscan, y lo que aman es un amo, alguien que por fin les diga a dónde ir, qué hacer, cómo hacer, cómo arreglárselas; dicho de otro modo, el verdadero deseo de cada uno es el de la servidumbre. Descubren, con total claridad, gracias a este provocador, la dimensión de la propia ignorancia…
Porvenir del testimonio. Jorge Baños Orellana…Si hoy hay un puritanismo lacaniano –y yo creo que lo hay- este se define por ser fervientemente emersoniano…Pues se distingue por un antihistoricismo militante, por ofrecer un Lacan despellejado de anécdotas y por alardear de tener el mantra del acceso directo a la lógica de sus textos. Haciendo oídos sordos al testimonio variopinto de los analizantes y conocidos de Lacan y de los asistentes frecuentes a los seminarios, el nuevo puritanismo no ve más que ganancias cuando levita sobre el charco de las habladurías. Estima que prestar atención a ese barullo no sirve a la reconstrucción del contexto de descubrimiento, sino a mantener extendida una pantalla deslumbrante que encegueció la lectura de Lacan realizada por sus contemporáneos.

Lacan y las transferencias. Gilda Sabsay Foks  Por esa época empecé a viajar a París, a conocer a algunos de los cercanos a Jacques Lacan. En el 78 se me ocurrió ¿por qué no conocerlo? Muchas personas me decían “no te va a recibir, te va a cobrar, te va a decir al terminar, es tanto”. Corrían tantos rumores exóticos alrededor de esa figura. No me amedrenté. Hablé por teléfono, dije que venía de Argentina, di mi nombre y me dieron una cita para el día siguiente a las once de la mañana […]A las once menos dos minutos toqué el timbre de la Rue de Lille. Me hicieron pasar a una sala en la que esperé un ratito[…] Apareció un señor con su moñito característico, me saludó y me preguntó "¿qué puedo hacer por usted?" Le contesté que venía a agradecerle lo que ya sabía de el y mi interés por conocerlo personalmente. Me dijo: "le agradezco su agradecimiento" y se puso a conversar conmigo un buen rato.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Seminario. Segunda clase



El fantasma, trama en la que se enredan el amor y el cuerpo

El fantasma, un buen término para designar aquello difícil de asir, de teorizar. Recurramos a la frase princeps de Lacan, aunque tampoco sea fácil: “el  inconsciente está estructurado como un lenguaje”, y a otra: “la verdad tiene estructura de ficción”. Para abordarlas, citemos a Freud en su texto Una psicología para neurólogos donde dice, respecto de la formación de símbolos:
El soldado se sacrifica por un trapo multicolor puesto sobre un palo porque eso se ha convertido en símbolo de la patria, y nadie lo encuentra neurótico...El caballero que se bate por el guante de la dama sabe, en primer lugar, que el guante debe su significado a la dama; en segundo lugar, su veneración del guante no le impide en modo alguno pensar en la dama y prestarle otra clase de servicios.
Lo anterior es lo que nos muestra Lacan como lo ficticio, que no es por esencia que sea engañoso, más bien una forma en que el símbolo se mueve en una estructura de ficción donde entramos a partir del lenguaje. Saberlo es lo que nos permite no estar locos, la locura estaría más del lado de ver sólo un palo y un trapo donde hay una bandera, o quedarse con el guante en lugar de la dama, como lo haría cualquier fetichista. Es que lo “loco” estaría allí, en que esa estructura de ficción no sea reconocida, en una incapacidad para discurrir entre la metonimia y la metáfora, forma en que las palabras se mueven para dar significaciones, más allá de lo esperado. Es lo que Freud explica:
El símbolo histérico, empero, se comporta de otro modo. El histérico que llora a raíz de A no sabe nada de que lo hace a causa de la asociación A-B ni que B desempeña un papel en su vida psíquica. Aquí, el símbolo ha sustituido por completo a la cosa del mundo.
Siendo una estructura de ficción, ya por serlo se muestra complicada, pero es más allá de eso que está la dificultad. El ser parlante, y por eso lo es, está en capacidad de jugar con lo simbólico, de jugar con las palabras, su mejor ejemplo es el humor, una forma de sentirse cómodo en el momento imprevisto en que cambia la lógica de lo que se expresa. Pero en las palabras de Freud encontramos otra cosa, y es que en el chiste se ríe porque se entendió  el movimiento, en el otro, la risa o el llanto lo desbordan porque no se sabe de dónde proceden, porque el sujeto nada sabe de esa asociación A-B, no sabe nada de B. En este caso podríamos decir que en esa letra, o que esa letra es fantasma.

Hay una dama, nada tiene ya que ver con un guante pues pertenece a nuestra época. A ella se le ve sofocada por accesos de risa en medio de cualquier relato, como si eso hilarante no la dejara hablar. No es un síntoma, ella no se ha percatado pues siendo un goce, el sujeto no está anoticiado, pero su cuerpo se sacude, vibra con una extraña intensidad que, para el que la escucha, llama a una interpretación. Unas carcajadas desbordantes que le cortan el aliento, que no tienen que ver con lo que dice o con lo que le dijeron, una risa loca, una risa sola, auto erótica, en cuerpo vivo. No es de placer, tampoco de displacer, es sólo una risa. Como en Laura, sólo unos ojos, o en madame B, un vértigo, o la mirada inocente del sueño antes nombrado. Algo desprendido, un gozar extra-cuerpo, o un más de gozar.

Una dama y un intento para rastrear de lo que trata el objeto “a”, una letra para nombrar lo innombrable de un goce desconocido pero operante, de una mostración para el Otro que quien la emite desconoce, de lo Real anudado a un Imaginario cargado de significación fálica que en este caso, por no ser “un caso”, no lo descubriremos. Pero ahí está y se evidencia en su imposibilidad para hablar, para hacer un relato coherente. Palabras entrecortadas que dan cuenta de B, símbolo que ha sustituido por completo a la cosa de la que, sólo le quedó una risa.

Clase del 10 de marzo de 2010

lunes, 8 de marzo de 2010

De escritores…


La pauta de la cosa precede a la cosa.
Vladimir Nabokov

El novelista es un perro de presa que va por delante del historiador social.
Jhon Dos Passos

Todo está en mi mente, excepto el lenguaje que se utiliza en el momento en que se utiliza. 
Jack Kerovac

En cualquier caso, quiero decir que cuando se siente algo verdaderamente, entonces uno se enfrenta con la dificultad de expresarlo. Y eso después de todo forma el estilo.
George Seferis   
                                                                                                                                                                                                      
Las palabras luchan entre sí para salir […] La poesía es la matemática de la literatura y muy afín a la música. Y además es la mejor terapia porque a veces los problemas salen tambaleándose.
Jhon Esteinbeck

 Soy un adversario apasionado de la reforma litúrgica y preferiría que el devocionario estuviera en latín. El rito es el lazo de unión entre los muertos y los nonatos y requiere un lenguaje sin tiempo, lo cual en la práctica, significa una letra muerta. Siento curiosidad por saber qué problemas tienen ahora en Israel, donde se habla lo que hasta ahora había sido una lengua muerta.
 W.H. Auden

Me gusta componer música precisamente porque uno se separa de consideraciones “humanas” como la creencia, la conducta. Forma pura sin más. Pero también tengo tendencia a despreciar la música porque es tan inmental…así que oscilo entre el anhelo de la forma y la consideración de que la literatura tiene probablemente un gran valor porque dice cosas.
Anthony Burgess

La mitología funciona de distintas maneras…una excusa para cierto número de bromas, una expresión seria de mi sensación de que la gente que conocemos son máscaras que esconden algo místico, tal vez prototipos o anhelos de nuestra mente. Me parece que amamos a algunas mujeres más que a otras por pura predeterminación. 
 John Updike   


Tomado de Conversaciones con los escritores. Kairos.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                            

sábado, 6 de marzo de 2010

Seminario. Primera clase


El fantasma, trama en la que se enredan el amor y el cuerpo.


García Marquez, en su biografía Vivir para Contarla habla de sus pesadillas. Sabemos que los escritores tienen la facultad de dejar volar en voz alta su inconsciente, un don que entregan. Apropiarnos de esa entrega, nos puede permitir entender algo del tema que intentamos abordar, el fantasma, que como bien lo enseña el psicoanálisis, por supuesto se manifiesta en el sueño. Ël dice:

No sólo eran sueños incontrolables…También eran indescifrables, porque no sucedían en situaciones pavorosas, sino al contrario, en episodios felices con personas o lugares comunes que de pronto me revelaban un dato siniestro con una mirada inocente.

De otro lado, ya no un escritor sino un psicoanalista, Juan David Nasio, en su texto Los Ojos de Laura, narra lo siguiente:

Pongo fin a la sesión, acompaño a la paciente hasta la puerta y la cito para el día siguiente. Minutos después dejaba el consultorio con la intención de buscar mi correspondencia cuando me sorprendió encontrarla bañada en lágrimas en el pasillo, esperando el ascensor. Nada en la sesión había hecho presagiar ese desenlace. Cruzamos una mirada furtiva y viéndola llorar, por pudor contengo mi gesto de partir, giro y vuelvo sobre mis pasos. Exactamente en ese momento se me impone una viva impresión, sonorizada así:”No he visto a alguien llorando, he visto unos ojos llorando” y me oigo repetir una vez más: “he visto unos ojos llorando”.

Los dos nos hablan de la mirada, de una mirada que porta un mensaje y, en ambos no se sabe cuál es, sólo que abre a una interrogación. En el primer caso nunca lo sabremos, pero sí en el segundo donde Nasio a partir de su seguimiento al caso, encontrará que esos ojos que vio llorando, son los de un cuadro que él nunca verá, que siempre estuvo a la cabecera de la cama de la hermana de Laura. Una hermana que se había suicidado y la razón del pedido de análisis, dos años atrás, por ese duelo que se manifestaba en una profunda tristeza, migrañas y vértigos.  

También como apoyo al encuentro de un tema que tiene toda la dificultad para teorizarlo, acudimos a otro escritor, en este caso uno que estuvo en contacto con el psicoanálisis, Pierre Rey, quien en su libro Una Temporada con Lacan, narra el caso de una paciente que fue recibida por un analista a quien él conocía. Madame B. camarera de un bar, casi analfabeta, la despedían de su trabajo por desmayarse sin razón. Los médicos siempre le decían: no tiene usted nada. Termina en la consulta del Gordo, quien le narra el caso a Rey. Un día lleva un sueño del cual se desprende un relato:

“Todos los domingos juego a la quiniela hípica. Pues bien he soñado que en mi combinación de tres cifras apostaba dos veces por el mismo número, el 4. Jugaba el cuatro, el cuatro y el nueve: cuatro-cuatro-nueve”… Luego el relato de un episodio muy antiguo, cuando debía tener entre quince y dieciocho meses. Aquel día su madre estaba haciéndole mimos. Llega su amante. Trae un regalo…la madre queda extasiada ante un soberbio abrigo blanco, lo extiende sobre la cama…llena de gratitud abraza a su amante…a pesar de los gritos de protesta de la niña…que redoblan. Para calmarla su madre la coge en brazos y la deja en medio de la cama, encima del abrigo. Y acompaña a su amante hasta el rellano…El amante se va. La madre vuelve a su cuarto, lanza un grito de furor y da una buena azotaina a la niña…madame B ha ensuciado el abrigo con sus excrementos. Ha hecho caca sobre el abrigo…Caca nuevo. 4-4-9.

Hasta ahora varios casos, ¿qué tienen que ver con el fantasma? Hemos nombrado la mirada y las heces, la angustia, lo siniestro, el dolor y el llanto. También el vértigo, la caída y algunos fonemas, pero no el sujeto. Para nombrarlo recurrimos a las palabras de Miguel Hernández en este corto poema: Si me matan, bueno/ si vivo mejor/ ante la vida sereno/ y ante la muerte mayor/ Si me matan, bueno/ si vivo mejor.

Lo nombramos porque tiene todo que ver con el sujeto, el sujeto de la vida y de la muerte, de la palabra, el sujeto de la castración.

Hasta aquí los esbozos de una primera clase para dejarla que transcurra…

Clase del martes 2 de marzo de 2010




El diván virtual






¿Por qué el ser humano tiende a ser menos espiritual conforme avanza tecnológicamente?




Será que el hombre tiende a ser menos espiritual conforme avanza tecnológicamente? ¿Será esto cierto? No se puede negar que sentimos efectos que consideramos negativos en  estos avances, por ejemplo en la atención médico-paciente, donde el primero ayudado por la tecnología ya poco contacto tiene con el segundo; en el hogar, el hijo, y no sólo él, atrapado por internet, en una comunicación distante, pierde la más cercana. Es incuestionable que hoy en día entablar una conversación, aunque las personas estén presentes, se hace más difícil porque el celular y, aún más, el blackberry se entrometen sin parar. Pero son gajes de una época, de unos adelantos maravillosos que seguramente afectarán en mayor medida y le envolatarán la vida a aquellos que, desde su inicio, ya la tenían así marcada.

Si nos fijamos bien, vemos que en este momento hay un aumento de movimientos religiosos, que estemos o no de acuerdo, son formas que cada uno busca para dar respuesta a sus anhelos, también la proliferación de creencias en las artes orientales, y es muy actual decorar y organizar la casa de acuerdo a enseñanzas para que siempre esté llena de buenos espíritus. Tal vez la tecnología confunda un poco y lo vertiginoso de sus avances nos haga correr detrás de ellos para alcanzarlos y ponernos al tanto, pero en el fondo de todo,  siempre el hombre estará allí con sus preguntas fundamentales, con ese ser que se inquieta por la vida y la muerte y lo que puede interpretar para darse sus respuestas, viajará por los canales que cada momento histórico propicia.

Sólo hay que pensar en el arte, uno de los más beneficiados con estos adelantos y una de las formas más humanas y bellas de alimentar el espíritu, y qué vemos, por ejemplo en el cine: la recreación de lo que al hombre siempre le hace pregunta: el amor, la sexualidad y la muerte.

La espiritualidad es algo imperdible, lo que sucede es que en cada época se manifiesta de formas diversas y cada cual inmerso en lo que el momento cultural le ofrece, lo acogerá a su manera, algunos para padecerlo, otros para agradecerlo y disfrutarlo. Y es posible que a causa de que nosotros los seres humanos, tenemos la capacidad de almacenar información del pasado, esto nos permite compararla con el presente y en esa diferencia, casi siempre sale perdiendo lo nuevo e idealizado lo anterior, por aquello de que “todo tiempo pasado fue mejor”. Tal vez no lo sea tanto. 

Escrito de Isabel Prado Misas Publicado en el periódico El Heraldo de Barranquilla, Colombia en la serie El diván virtual

Retazos freudianos






A Ferenczi:


Sobre él mismo:
Hace unos días la cuestión Totem-ambivalencia encajó de pronto, emitiendo un clic audible, y desde entonces he estado particularmente imbécil.                                     

Sobre la sociedad vienesa:
Tratar con estas personas cada vez se vuelve más difícil, lo que se consigue es una mezcla de admiración y contradicción estúpida.





Retazos lacanianos

!!Una crítica soberbia!!!

"Punto en el que hacemos notar que para manejar algún concepto freudiano, la lectura de Freud no podría ser considerada superflua, aunque fuese para aquellos que son  homónimos de nociones corrientes. Como lo demuestra la malaventura que la temporada nos trae a la memoria de una teoría de los instintos, revisada de Freud por un autor poco despierto a la parte, llamada por Freud expresamente mítica, que contiene. Manifiestamente no podría estarlo, puesto que la aborda por el Iibro de Marie Bonaparte, que cita sin cesar como un equivalente del texto freudiano y esto sin que nada advierta de ello al lector, confiando tal vez, no sin razón, en el buen gusto de éste para no confundirlos, pero no por ello dando menos prueba de que no entiende ni jota del verdadero nivel de la segunda mano. Por cuyo medio, de reducción en deducción y de inducción en hipótesis, el autor concluye con la estricta tautología de sus premisas falsas: a saber que los instintos de que se trata son reductibles al arco reflejo. Como la pila de platos cuyo derrumbe se destila en la exhibición clásica, para no dejar entre las manos del artista más que dos trozos desparejados por el destrozo, la construcción compleja que va desde el descubrimiento de las migraciones de la libido a las zonas erógenas hasta el paso metapsicológico de un principio de placer generalizado hasta el instinto de muerte, se convierte en el binomio de un instinto erótico pasivo modelado sobre la actividad de las despiojadoras, caras al poeta, y de un instinto destructor, simplemente identificado con la motricidad. Resultado que merece una mención muy honrosa por el arte, voluntario o no, de llevar hasta el rigor las consecuencias de un malentendido".
En Función y Campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis.

viernes, 5 de marzo de 2010

INVITACIÓN AL SEMINARIO
“EL FANTASMA, TRAMA EN LA QUE SE ENREDAN EL AMOR Y EL CUERPO”

No he visto a alguien llorando,
he visto unos ojos llorando…
Y me repito una vez más
he visto unos ojos llorando.
Nasio

El fantasma es una escena olvidada pero no por esto es inactiva, destinada a satisfacer un deseo de los primeros tiempos, incestuoso, que como tal no se puede realizar, por lo cual será fantaseada y recreada en la actualidad, cumpliendo en forma parcial, lo que en el inconsciente es real. Algo que no pasó por la castración, que insiste empañando la vida del sujeto en sus anhelos más irrisorios. Una forma de vivir penando, cuando la realidad le puede ofrecer aquello de lo que carece pero que, en la insistencia de ese objeto perdido, idealizado e imposible, él mismo se cierra las puertas sin saberlo. Y sus argucias son infinitas, buscando donde no hay, cediendo donde debe exigir, esperando cuando se espera su acción, exigiendo sometimientos o sometiéndose.    
                                                                                                
 
Una equivocación en la que insiste porque no sabe que está ahí apresado, pero el inconsciente lo muestra en el lapsus, el olvido, el chiste, el sueño y a todas luces, cuando se desborda en el acting out o en el pasaje al acto, acciones irrefrenables que pueden complicar la vida  más allá de una simple advertencia. Son esos actos locos donde se pierden las coordenadas, que después de realizados, allí no puede reconocerse. Una falta de reconocimiento del que  actuó como si fuera otro, en ocasiones, no alcanza a eso, pues el acto puede ser el suicidio.

Fractura llama Lacan a la psique, un tributo por ser seres hablantes que nos constituimos  en el principio de placer y de realidad. Ser hombre, una incómoda situación, y en su base el fantasma que “habla donde no soy”. Escucharlo es la apuesta del psicoanálisis.

TEMAS:                           
Lo Real, lo Simbólico, lo Imaginario.
Objeto a: la mirada, el seno, las heces, la voz.
Significante, metáfora y metonimia.
El fantasma. pasaje al acto y acting out.  

MATERIAL
Lacan, Jaques. La lógica del fantasma. Apartes
Nasio Juan David. El placer de leer a Lacan: Fantasma. El amor. El Cuerpo.
Reseña de apartes de La Metamorfosis de Kafka, de El Extranjero de Albert Camus y otros autores.                         

INICIO: MARTES 2 de MARZO DE 2010
FINALIZACIÓN: MARTES 29 JUNIO de 2010
INFORMES: isaprami@hotmail.com