lunes, 4 de octubre de 2010

Seminario. Clase Cinco



No hay un sólo discurso en que el semblante no lleve la voz cantante, dice Lacan en La Tercera. Lo podemos creer, si aceptamos que el semblante está supuesto al objeto a, también que está en relación al falo y, si el falo tiene todo que ver con el goce sexual, no hay discurso donde lo sexual no lleve la voz cantante. Claro que esto ya lo había dicho Freud, aunque de otra forma, digamos que Lacan le pone sus letritas que a veces nos complican pero, también nos clarifican para pensar el lazo social.

En el planteamiento de los discursos aparecen los lugares en los cuales se mueven las letras:

                                                AGENTE           TRABAJO
                                               VERDAD           PRODUCCIÓN

En el discurso del amo el S1, el significante amo está en el lugar del agente, la tiranía de un significante que se dirige al S2, llamado el otro significante, un saber que no se sabe en el lugar del trabajo. En la producción o el producto es el a y, en el lugar de la verdad: el sujeto. Y ya sabemos que el sujeto es dividido, de ahí que la producción no tiene ninguna relación con la verdad. Producción de un sujeto como en los primeros tiempos, cuya relación con la verdad está perdida.

                                                      S1 --------♦ S2
                                                      $                a

Así como las manecillas del reloj, se mueven las letras para seguir con el discurso de la histérica, donde el Sujeto ocupa el lugar del semblante, agente que interpela al S1, al significante amo, trabajo que dará como producto un saber que no se sabe pero que, en el fantasma, da asiento a un saber de totalidad: el S2. Y en la verdad el objeto a, un plus de gozar.

                                                            $ --------♦ S1
                                                            a              S2

Siguiendo las manecillas estaría el discurso del analista, pero lo dejaremos por ahora a un lado para ocuparnos del de la Universidad. En el discurso universitario el S2 es semblante, ese saber en el Otro que se dirige al a, o sea, en lugar del trabajo un plus de gozar, que sabemos, es auto erótico y, como producto el sujeto como siempre dividido, y en la verdad el S1, la verdad del amo para reproducirla infinitamente.

                                                         S2 ----------♦ a
                                                         S1                $

Y el del analista, del que Lacan dice que si no hay un discurso en que el semblante no esté en el lugar del agente: No veo por qué se salvaría el recién llegado, el discurso analítico. Tampoco es un motivo para que, en ese discurso, so pretexto de que recién llegó, se sientan incómodos hasta el punto de convertirlo, según la usanza en la que se apertrechan sus colegas de La Internacional, en un semblante más semblante de la cuenta, en un semblante ostentado. Una reflexión que hace en La Tercera, una crítica para tener en cuenta pues ya con Freud se sabía, cuando se incluía hasta con sus propios sueños.

En este discurso, el a está en ese lugar de agente, el plus de gozar, el objeto causa del deseo, digamos heces, seno, voz, mirada, del goce auto erótico, cuerpo vivo gozante. Semblante que se dirige al sujeto que, como tal encarna la división entre lo que dice y lo que sabe en el lugar del trabajo. La producción será el S2, el saber que hay en el Otro, saber del inconsciente y, en el cuadrante izquierdo, abajo, el S1, el significante amo, el significante perdido para que algo apunte a la verdad

                                                              a ----------♦ $
                                                              S              S2

Semblante en el lugar del agente para cada discurso, en el primer cuadrante a la izquierda que comandará como en el del Amo, ese significante desconocido que acosa. En el de la Histérica, semblante del sujeto que inquiere, que duda, que interpela. En el de la universidad lo que agencia es el saber, el todo saber fantasmático y en el del analista, el goce, como causa, desde allí para elaborar ese plus de gozar desconocido. Lugar donde lo sexual está en el lugar que lleva la voz cantante.

Clase del martes 28 de septiembre del 2010

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