jueves, 20 de mayo de 2010

El diván virtual

¿Qué es la mayoría de edad?

Parece ser algo que cuesta bastante y que poco abunda. Y es entendible debido a que por constitución, en la carencia en que el ser humano nace, su posición es recibir del otro, no sólo sus cuidados sino también sus mandatos. Lo primero nos permite sobrevivir, lo segundo nos permite entrar en la cultura y hacer lazo social. Unos beneficios que contienen una dificultad, y es que en un primer tiempo hacemos Uno con el otro en esa indiferenciación del niño que, a cada paso pregunta a la mamá qué debe hacer, luego en el intento de separación, muy evidente en la adolescencia, seguirá preguntando, pero para hacer lo contrario. Es que es difícil distinguir que, haciendo lo que quiere el otro o haciendo lo que no quiere, igual se está sujeto  a lo que el otro quiere.

Pero en algún momento se espera que distinga lo que él quiere. Situación deseable, pero por lo que se observa, lograrlo no es tan sencillo. Razón por la cual asumir una posición frente a los demás, a veces, está plagada de muchas contradicciones, entre ellas, la más importante, perder el afecto y el apoyo como cuando se era niño. Contradicciones  que se manifiestan en temores como “qué tal que lo que yo diga no es lo que el otro quiere o  está pensando”, y como nunca se sabe lo que el otro está pensando, lo que queda es la mudez. O, en la inmediata respuesta a oponerse a lo que el otro dijo, sin alcanzar a escuchar, en un afán de convencer, lo que deja ver que no se está muy convencido y que sólo lo estará, si el opositor aprueba con su convencimiento.

Es lo que se refleja en lo que llaman baja estima, timidez o inseguridad, para aquel que no se ha podido despegar. O, para aquel que cree que se ha despegado, en la poca tolerancia que se tiene ante las diferencias, algo de lo que sabemos bastante en un medio donde se carece de posiciones pero abundan las oposiciones.

Tenemos uso de razón, lo que no implica que la sepamos usar muy bien. Y tener la razón es algo que también nos lleva a muchas contradicciones y por lo cual los seres humanos nos debatimos, a veces, hasta la muerte. También motivo de separaciones porque en esa incapacidad para diferenciarse del otro, se espera que su razón sea la nuestra, es decir, que piense como yo pienso, modelo de la madre, sin advertir que con ella era así, no porque pensaran igual, sino que por sus carencias, él sólo podía pensar como ella.

La mayoría de edad es un término jurídico que se adjudica a aquel que se supone está en capacidad de, por su voluntad, llevar a cabo actos que antes por su indefensión no le eran posibles. Por eso casarse, votar, adoptar un niño, sólo le son permitidos a aquellos que la portan.  La pregunta es, ¿Qué tan mayores de edad somos? ¿Qué tanto nuestras decisiones son nuestras?

La libertad es algo que todos anhelamos, lo que no sabemos es que inconscientemente le damos al otro un poder de amo, por temor a fracasar, por temor a perder, por comodidad. Por seguir creyendo, como cuando niños, que hay alguien que nos va a decir qué hacer, que nos va a salvar. Y esto es de lo más común, por eso son tan exitosos los superhéroes, pero también por eso existe el Chapulín Colorado, la verdadera cara del amo que responde a ese llamado de: ¿Ahora quién podrá defendernos? Es que en el fondo seguimos siendo niños, temerosos, angustiados, queriendo complacer y que nos complazcan, porque aunque tengamos uso de razón, su uso a veces, nos es bastante esquivo. Y no es culpa de la madre, ella hizo lo que pudo, sólo queda agradecerlo y averiguar las razones de cada uno.

scrito de I.P.M. Publicado en El Heraldo de Barranquilla. Sábado 8 de mayo de 2010

2 comentarios:

  1. Me queda mucho más fácil comprender las explicaciones que salen en estos artículos que las teorías de Freud y lacan que encuentro fascinantes pero oscuras a mi entendimiento. Qué rico que hubiera actividad en los grupos de psicoanalistas de Barranquilla para estudiar e ir entendiendo todo este léxico y los conceptos de estos pensadores

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  2. Gracias Ruben Dario por tu comentario. De pronto estos pequeños artículos nos ayuden a comprender los más intrincados.

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