El establecimiento de El Seminario de Jacques Lacan
Entrevista con FranÇois Ansermet a Jacques-Alain Miller
21 de Julio de 1985
Me llamaron el Oscuro y
sin embargo, habitaba el resplandor.
Saint-John Perse
Un día vino a verme un joven suizo. No lo conocía. Según me dijo, quería hacerme preguntas acerca del establecimiento de El Seminario de Jacques Lacan. Hablamos frente a un grabador, que durante una hora hizo las veces de un tercero. La transcripción de esta conversación que hizo FranÇois Ansermet apareció el año pasado en la revista Bloc-notes delpsychanalyse, que publicaba Mario Cifali en Ginebra. Hablamos de este texto que pocos leyeron y que a veces fue desnaturalizado. Un litigio que termino en la justicia, y que ocupó las páginas de los diarios, me despertó el interés de ser escuchado con precisión. Es la razón de esta plaqueta que reproduce exactamente el texto publicado. J.-A. M
FranÇois Ansermet: Establecimiento de un texto, transcripción, escritura, paginación, son otras tantas maneras posibles para designar el trabajo que usted realiza, Seminario tras Seminario. ¿Cómo describirlo? ¿Cómo calificarlo? ¿Cómo trabaja? ¿Con que dificultades se encontró? ¿Qué le aporto este trabajo? Se trata de preguntas a la vez elementales, ingenuas y muy complejas para abordar en esta entrevista.
Jacques-Alain Miller: Son cuestiones diferentes. ¿Cómo describir este trabajo? Este trabajo tiene precedentes en la historia del pensamiento. Hubo grandes profesores que no dejaron cursos redactados, y eso obligo a sus discípulos a establecer los textos. En el curso que di después de la muerte del doctor Lacan evoqué, a propósito de eso, los avatares del curso de Aristóteles que usted conoce. Considero que un trabajo como este, en el caso que nos concierne, esta facilitado por esos gadgets llamados grabadores que la ciencia puso en nuestras manos, y no hablemos de ese otro gadget de escritura que es la estenografía. Además, este trabajo fue empezado mientras el doctor Lacan vivía y no después de muchos siglos, y lo realiza alguien que, con mucha razón, puede ser considerado como el colaborador más cercano de Lacan. Son más las certezas que tenemos para este curso que las que podemos tener para la enseñanza de Aristóteles. Con los cursos de Heidegger, por ejemplo, ocurre algo distinto, ya que el mismo dio versiones escritas y bien puede uno preguntarse por qué no fue ese el caso de Lacan. Absorbido como estaba en un movimiento de continua invención, con un seminario que fue durante mucho tiempo semanal, y con una gran actividad como analista, no tuvo el tiempo que hubiera necesitado. El movimiento de su enseñanza está pautado la estenográfica como texto original. Este establecimiento debe considerarse como una redacción.
FranÇois Ansermet: Como usted escribe en la advertencia antes del epílogo del Seminario XI, se trata de una transcripción que de ahora en mas dará fe y valdrá, en el porvenir, por el original que no existe. Este origen se encuentra retroactivamente en una escritura, en la escritura de la palabra de otro. ¿Qué se puede decir del gesto que funda una obra sobre un original que no existe?
Jacques-Alain Miller: Hay mucho que decir al respecto porque es el problema del pasaje de lo oral a lo escrito. No hay obra oral. Una obra oral se mide por sus consecuencias en el que escucha, y no forma un monumento. Estamos obligados a comprobar, y el mismo Lacan da testimonio de eso en el epilogo que pone en el Seminario XI, el primero que se editó, que nunca consideró publicables las versiones estenográficas de su enseñanza. Ustedes saben que comenzó a dar su seminario en 1951, y recién fue estenografiado a partir del Seminario de 1953-1954. Desde esa fecha hasta 1973, o sea durante veinte años, por algunos escritos, muchos de los cuales, por otra parte, tienen como origen trabajos de circunstancia, de encargos, solicitados por el editor o por la vida misma del grupo analítico. Para esas ocasiones, Lacan concentra su enseñanza en aquello que se ha manifestado para su auditorio como lo más difícil de asimilar. Sus escritos dan vueltas alrededor de ciertos puntos que son un obstáculo, y cruzan a menudo diferentes partes del Seminario. El escrito sobre la psicosis, por ejemplo, cruza el tercer Seminario, el de Las Psicosis, y el cuarto, el de La relación de objeto. En Las Psicosis no encontramos la «metáfora paterna». Para construirla, primero tuvo que encontrar el texto de Jakobson sobre los dos tipos de afasia, después separar la función de significante del imaginario del falo, y gracias al escrito redacta, anuda el falo y el padre en su metáfora paterna.
FranÇois Ansermet: ¿Cómo caracterizaría su trabajo en la práctica?
Jacques-Alain Miller: Yo mismo elegí hablar de establecimiento de texto, aunque en este caso el problema es que Lacan nunca considero a la versión Lacan, se negó a cualquier publicación de su Seminario. J.-B. Pontalis intentó algún resumen de dos o tres seminarios que aparecieron en el Bulletin Depsichologie. Moustafa Safouan redactó un resumen de unas cien páginas del Seminario de La Ética, que quiso publicar, y Lacan, en definitiva, no lo permitió; Jacques Nassif hizo algunos resúmenes de La Lógica del fantasma para las Lettres de FEcole Freudienne, e igualmente un texto que apareció en Scilicet en el que mezcla un texto compuesto a partir de un seminario con sus propias reflexiones; C.Conte, en la misma revista, redactó un largo artículo a partir del Seminario de La Identificación. Así pues, en el transcurso de estos veinte años, existieron varias tentativas de la explotación del Seminario, tentativas que a veces tomaron la forma de compendium, de resumen, o también de redacción personalizada —aquí cito únicamente las tentativas que no apuntaban a hacer que desaparezca el nombre de Lacan, sin hacer referencia a los innumerables plagios y a los meros copiones.
En 1973 le propuse a Lacan un modo de relación con su Seminario muy diferente: no resumirlo, tampoco utilizar el contenido para hacer solo un artículo, o un libro que se parezca a los libros, sino hacer del Seminario un libro, un libro que respete su desglose en lecciones, que sea exhaustivo y, sin embargo, redactado, porque no escrito. Era la primera vez. Cuando evaluamos el resultado, acordamos que el conjunto de sus Seminarios se haría de esa manera. No se me escapa que existe hoy una suerte de puja para que las versiones estenográficas se consideren como texto original. Tengo que ser claro al respecto: yo continúo en la misma línea. Esta redacción podría ser diferente, es la mía, y para Lacan fue la más conveniente. El estatuto de este trabajo no ofrece dudas, es un trabajo de colaboración. Puedo decirle también, que a partir del momento del establecimiento del primer Seminario, la idea del Dr. Lacan era que firmáramos juntos. Siempre fue muy generoso a ese respecto, y consideraba que la parte que me correspondía justificaba esa firma conjunta. Me negué, lo que Lacan, en su epilogo, llamo gentilmente mi «modestia», pero siempre confirmé con Lacan los contratos de edición, jurídicamente tengo el estatuto de coautor. Por otra parte, las versiones estenográficas están circulando, los investigadores pueden remitirse a ellas. Lacan únicamente había dado poder a su editor para que impida una explotación comercial desvergonzada de las ediciones llamadas piratas. Después de su muerte ratifique ese mandato.
FranÇOis Ansermet: Si se puede considerar a Jacques Lacan como el interprete de una obra que se plasma, a partir del texto freudiano, en una práctica y en una enseñanza, ¿que representa esta nueva interpretación que es la escritura de esta palabra? Todo trabajo de interpretación supone anticiparse al sentido: esta anticipación se sitúa en la relación con la palabra que se pronunció. ¿Cómo decidir acerca del sentido en ese contexto?
Tomado del blog: Elpsicoanalista lector de Pablo Peusner http://elpsicoanalistalector.blogspot.com/
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