Filosofía y psicoanálisis.
Antes de Descartes aunque había sujetos, el sujeto no había sido nombrado en el pensamiento en la cultura. Sujeto a Dios no había sido pensado, es así que los lógicos como San Anselmo se preocupaban más por demostrar la existencia de Dios, o sea del Otro, que del sujeto. Con descartes se empieza a hablar de otra forma y aparece el existo, que va a dar lugar a la existencia y sin el cual no habría existencialismo, aunque él no sea el padre.
Lo que viene después es todo un adelanto en cómo pensar a ese yo que piensa, y allí, spinoza, qué avance poder delimitar las pasiones, luego, los empiristas ingleses y los debates sobre la ideas. Más adelante Kant y su idealismo, Hegel: la conciencia y la dialéctica. En Kierkegaard y el existencialismo y Nietzsche y el eterno retorno, empiezan a sospechar el agujero, que Freud puede nombrar y Lacan trata de conceptualizar a partir de nombrar al sujeto de otra manera: un S1 para un S2, entre dos significantes. De paso retoma la angustia, que entiendo, la ubica entre ambos y en relación al objeto a, objeto perdido, que por más que se repita su trazado nunca será repetición porque no es eso lo que se encontrará.
Lo que se repite es un vacio, una perdida que es la misma constitución del sujeto, que siendo angustiante, también permite una salida porque es repetición de un momento constitutivo, allí a lo que el análisis apunta, sabiendo que A no es igual A, porque la segunda nunca será igual a la primera. Un avance para pensar al sujeto y al objeto y también un avance de los impases del existencialismo, donde la salida es la eterna repetición que por lo simbólico representa la muerte.
Impase porque la existencia es tomada de la realidad, de la consistencia, de lo imaginario. La ex-sistencia en Lacan tiene que ver con lo real.
De IPM
No hay comentarios:
Publicar un comentario