viernes, 8 de julio de 2011

El diván virtual


¿Cuál es la importancia de la amistad?

La amistad como el amor, es una elección que nos elige, ya que ese deseo está comandado, no por algo racional, sino por una afinidad que podemos definirla pero poco comprenderla.

Seguramente la razón de que los amigos pueden ser contados, como se dice, con los dedos de la mano, y no porque existan pocos dignos de confianza, sino porque establecer ese lazo implica un encuentro de identificaciones, de azares, de entrega y renuncias.

De identificaciones en el sentido de que aquel a quien se desea como amigo, no lo es porque se parezca a uno, sino porque con él se tienen afinidades, especialmente en lo que se elige. Por lo que podríamos decir que la unión se da, no especialmente porque se gusten, sino por un gustar de lo mismo. Razón por la cual podemos entender por qué siendo tan disímiles es posible el encuentro.

Es del azar, porque encontrar a aquellos que nos pueden atraer se juega en la contingencia de un encuentro casual, en el que sin saber, nos acercamos por una atracción, como si en el otro brillara una lucecita invisible que nos promete un goce.

Y sobre todo la amistad es producto de entrega, de la capacidad de dar, porque sostenerla implica tiempo y energía, por eso aquel que se queja de que no tiene amigos, seguramente está en la posición de aquella que decía: “Siempre me dejan plantada”. Una frase que sirve para jugar con la palabra y mostrar que los que se comportan como una planta, como si estuvieran plantados, sin posibilidad de moverse para llamar, visitar, buscar, lo que les queda es la soledad.

También la amistad es de renuncias, lo que quiere decir que no podemos esperar que todo se dé en la armonía de un acuerdo permanente. Por eso un buen amigo es aquel que sabe que algunas cosas pueden doler, y aún así se arriesga a decir lo que para él es cierto.

La amistad no es de tumultos, algo que actualmente parece olvidarse con las nuevas tendencias de la comunicación, en las que se pueden sumar números como amigos, de lo cual no es fácil sustraerse para tazar la popularidad por las cifras que arroja un dato, que está puesto ahí porque es un artefacto que adiciona y que algunos toman como algo real.

Un amigo es alguien de carne y hueso, un ser como cualquiera, lleno de contradicciones. Es aquel que en momentos nos puede hacer reír, nos puede escuchar, acompañar, pero que también en otros nos puede herir. Es que es humano. Razón también de la soledad de algunos que no alcanzan a comprender y a disculpar, porque en la idealización de las relaciones, no alcanzan a captar que si cobráramos a todo el mundo sus pequeños deslices o lo hicieran con nosotros, ninguna amistad sobreviviría.

Tener amigos es ir más allá de la familia, es el encuentro con las diferencias. Y una de las razones de la imposibilidad de esos lazos, está en relación a la incapacidad para desprenderse de lo conocido, porque en el malentendido de creer que sólo allí encontrará lo que necesita, el mundo cada día se hace más estrecho.

Escrito de IPM publicada en el periódico El Heraldo de Barranquilla, mayo 14 de 2011

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